A veces los detalles más simples son los que pueden hacer inolvidable nuestro viaje, como ver caer las hojas de un árbol ginkgo de más de 1400 año de antigüedad dentro de un templo budista en el corazón de las montañas Zhongnan en China.Cada año, decenas de personas llegan hasta el templo Gu Guanyin para ver el espectáculo natural que ofrece este árbol.
Al acercarse el invierno, sus hojas se tornan de un color amarillo intenso y empiezan a caer formando una sorprendente alfombra natural.
Este árbol ginkgo fue plantado durante la dinastía Tang, entre los años 618 y 907 d.C. y forma parte de la lista nacional de protección de árboles de China. La caída de sus hojas crea un espacio perfecto para una fotografía y también es usado por los monjes para meditar.
El árbol ginkgo es nativo de China y se caracteriza por su longevidad y sus propiedades curativas. Se cree que la especie apareció hace más de 200 millones de años y es conocida por algunos como un “fósil viviente” de la era de los dinosaurios.
Este árbol ginkgo fue plantado durante la dinastía Tang, entre los años 618 y 907 d.C. y forma parte de la lista nacional de protección de árboles de China. La caída de sus hojas crea un espacio perfecto para una fotografía y también es usado por los monjes para meditar.
El árbol ginkgo es nativo de China y se caracteriza por su longevidad y sus propiedades curativas. Se cree que la especie apareció hace más de 200 millones de años y es conocida por algunos como un “fósil viviente” de la era de los dinosaurios.
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