Aviso sobre el Uso de cookies: Utilizamos cookies propias y de terceros para mejorar la experiencia del lector y ofrecer contenidos de interés. Si continúa navegando entendemos que usted acepta nuestra política de cookies y basado en la politica de cookies de Google Adsense. Puede leerlo en el enlace a continuación

LA NOTICIA MAS LEÍDA DE LA SEMANA

Video de serpiente gigante se vuelve viral

En una semana, un video logró nada menos que 31 millones de reproducciones solo en X. ¿Qué es lo que lo hizo tan viral? El enorme tamaño de ...

miércoles, 28 de diciembre de 2022

Una copia del ‘Salvator Mundi’ de Leonardo da Vinci cuesta un millón de euros

Se trata de una versión del Salvator Mundi datada a principios del siglo XVII, atribuida a escuela italiana y que se había valorado entre 10.000 y 15.000 euros. Varios pujadores elevaron la cifra hasta los 850.000 euros por los que se remató en la cita online organizada por Christie’s y que cerró el 28 de noviembre. Sumando las tasas, la cifra se eleva hasta superar el millón de euros. Este resultado se suma a otros similares como el obtenido por una copia de La Mona Lisa en Sotheby’s en 2019, que se remató en 1,7 millones de dólares.


Un millón por una copia de Leonardo. El 28 de noviembre, Christie’s recaudó 1.062.000 euros en una subasta digital por una versión del siglo XVII del Salvator Mundi. La tabla estaba valorada entre 10.000 y 15.000 euros, pero a lo largo de los diez días que estuvieron abiertas las pujas subió hasta los 850.000 euros por los que se remató. Las tasas redondearon la cifra hasta convertirla en millonaria.

Esta pieza se suma a la tendencia –agravada desde el Salvator Mundi de los 450 millones– de resultados excepcionales por réplicas de obras de Leonardo. El ejemplo más cercado es la copia de La Mona Lisa del siglo XVII vendida por 1,7 millones de dólares en Sotheby’s en 2019 (se había valorado entre 80.000 y 120.000 dólares).

Estas piezas no suelen tener relación con el maestro más allá de ser imitaciones. Sin embargo, los compradores han estado dispuestos a desembolsar por ellas cantidades desmesuradas (teniendo en cuenta las cifras más modestas del mercado de arte antiguo en comparación con el contemporáneo).

Cuando en una venta se multiplica por 100 la valoración de una pieza, comienzan las hipótesis sobre qué se le ha escapado a la casa de subastas. Una posible razón para el súbito interés por la tabla podría ser el estudio presentado hace un par de semanas por Martin Clayton, director de la sección de estampas y dibujos del Royal Collection Trust, que publicó Artnews.

En él se considera la posibilidad de que Leonardo crease una segunda versión del Salvator con modificaciones respecto al de Abu Dabi. Clayton se basa en la existencia de dos dibujos preparatorios de Leonardo custodiados en Windsor en los que difiere la manga del brazo derecho de Cristo.

El que ha adjudicado Christie’s se corresponde con ese supuesto segundo modelo, del que la copia más conocida hasta ahora era la denominada versión Worsley. Si bien esto no aleja al Salvator del millón de euros su condición de copia, lo puede convertir en una pieza más en el puzle de la obra más cara de la historia.

Pero la motivación histórico-artística no es la única que podemos imaginar para este resultado.

Por un lado, está la creciente tendencia –puede que la de mayor impulso– recogida en el artículo de The Art Newspaper titulado ¿Invertiría en arte sin verlo? El texto habla de un producto de inversión que consiste en la creación de bundles o paquetes de obras cuyos propietarios han utilizado como aval para préstamos y luego vender su rentabilidad a terceros.

Según los prestatarios pagan sus intereses, los inversores reciben beneficios “asegurados”. Las piezas en concreto no son reveladas. Se trata de otro paso más en un proceso imparable de bursatilización del sector. No es necesario ver las obras.

Esta es la actitud que se espera más y más de los compradores. Decisiones dirigidas a la rentabilidad. El comprador de este último Salvator Mundi –y los demás pujadores participantes– ¿tiene la idea de enriquecerse revendiendo la pieza? Quizá, pero no hay que pasar por alto que el Salvator es un meme. La obra más cara de la historia contagia su prestigio a cualquier pintura que se le parezca.

¿Es descabellado pensar que su comprador pueda ser alguien en busca de una pieza de conversarión? Sería imposible no hacer algún comentario al respecto si la viésemos colgada de la pared de un salón. Esta compra podría ser más genunina, en cuanto al deseo de verla a diario y exhibirla, que las otras sustentadas en los porcentajes de apreciación.

De hecho, el resto de la cita online en la que se adjudicó transmite una impresión similar. La segunda pieza más cara de la jornada fue Retrato de un gato sobre un cojín rojo de Giovani Reder, vendida en 126.000 euros pero con valoraciones de 2.000 a 3.000 euros. Esta puede tener menos “calidad” intrínseca que otras obras de la misma licitación con estimaciones más elevadas –e invendidas– pero no pasará desapercibida. Lo mismo ocurre con el boceto de academia francesa anónimo del siglo XIX, valorado de 3.500 a 5.500 euros y rematado en 40.320 euros.

Lejos de rehuir este vuelco en las expectativas de qué funciona mejor o peor en una subasta de arte antiguo, quizá habría que abrazar la creación de un nuevo cánon (uno es mejor que ninguno). Héctor San José.

Fuente: arsmagazine


martes, 6 de diciembre de 2022

Muere el hombre que no se bañaba hace mas de 60 años

LUEGO DE CASI 70 AÑOS SIN TOMAR UNA DUCHA, AMOU HAJI FALLECIÓ EN SU NATAL IRÁN, EN CONDICIONES UN TANTO PARADÓJICAS PARA SU BIOGRAFÍA.


Amou Haji era un anciano iraní que indiscutiblemente llevaba un estilo de vida poco popular. De acuerdo con sus propios cálculos, la última vez que tomó un baño fue hace seis décadas. Y a decir suyo, sus motivos eran más que suficientes: aseguraba que la limpieza lo enfermaba y él, por encima de todo, valoraba su salud. Su felicidad radicaba en no poseer nada más que unos viejos trapos que cubrían su cuerpo y un extraño instrumento adaptado para utilizarse como pipa.

Pero además (porque su estilo de vida incluía otras particularidades), el alimento favorito de Amou era la carne podrida de animales muertos, especialmente de puercoespín, y cuando se sentaba a admirar los valles de su natal Dejgah, un pequeño poblado al sur de Irán, le gustaba sacar su pipa y fumar un poco de heces de animales mientras observaba el horizonte. Por cierto, las seis décadas que llevaba sin tomar una ducha lo colocaban como el poseedor de este récord, superando por mucho a Kailash Singh, de la India, quien tenía treinta y nueve años sin recurrir a esta práctica.

A pesar de lo poco agradable que podría parecer la apariencia de Amou y de que culturalmente resulta un escándalo su modus vivendi, lo cierto es que con su sola presencia cuestionó muchos de los pilares de nuestra cultura, entre ellos el consumo, la acumulación de riquezas, la esterilización del cuerpo y el entorno. Y desde una cierta perspectiva, no podríamos descartar que este personaje represente mayores dotes evolutivos que los nuestros.

Tristemente, Amou falleció a la edad de 94 años, según la IRNA, la Agencia de Noticias de la República Islámica de Irán, lo cual fue retomado por The Guardian, entre otros medios. Según la información dada a conocer Haji murió, curiosamente… luego de tomar una ducha.

En el reporte de la IRNA se dice que vecinos y amigos de Amou lo convencieron el domingo pasado de tomar un baño por primera vez en aproximadamente setenta años.

La información no precisa de qué manera el baño afectó a Amou, pero acaso afectó al pequeño ecosistema que se había formado tras todos esos años sosteniendo su peculiar estilo de vida.

Si bien su fallecimiento es lamentable, cabe mencionar que Haji murió ostentando el récord de la persona con más años sin tomar una ducha.

Por último, es importante señalar que Amou Haji no era estrictamente el nombre de esta persona, sino que se trata de una suerte de apodo hipocorístico que en la cultura iraní se le da a las personas mayores.

Fuente: pijamasurf

Mujer en luchó contra un mapache que atacaba a su hija

Tanto la niña como la madre sufrieron mordeduras, rasguños y moretones luego del impresionante enfrentamiento.


Una valiente madre se vistió de heroína luego de percatarse de que su pequeña hija se encontraba siendo atacada por un mapache. Esto cuando la menor se disponía a esperar el autobús para ir a la escuela, los segundos de tensión quedaron registrados en el video de una cámara de seguridad.

En el registro se puede observar cómo, el pasado viernes luego de las 8 de la mañana, una menor de cinco años llega a la puerta de su hogar en Ashford, Connecticut (Estados Unidos) en busca de ayuda, pues un mapache le atacó una de sus piernas aferrándose a con sus dientes y garras.

Al escuchar que su hija pedía ayuda, la madre sale a ver lo que estaba sucediendo y encuentra al animal aferrado a la humanidad de su pequeña. Su reacción consistió en tomar al animal por la parte trasera del cuello en un intento por apartarlo de la pierna de la menor.

Inicialmente, el esfuerzo no sufre efecto por lo que el mapache continúa prendido, pero luego del aumento en la fuerza ejercida por la mujer sobre el animal hace que ceda y la niña es liberada, de inmediato la víctima del ataque corre hacia el interior de su casa.

Mientras tanto continúa la lucha entre la enojada madre y el mapache. Tras dominarlo, la mujer lo manda a volar, esto con el fin de tener el tiempo suficiente para regresar a su casa sin que fuera atacada de nuevo.

La niña tuvo que ser trasladada al hospital debido a la mordedura del mapache, según informó la policía de Ashford. Tanto la niña como la madre sufrieron mordeduras, rasguños y moretones luego del impresionante enfrentamiento.

La policía además señaló que intentó buscar al mapache, pero este corrió hacia el bosque luego del episodio.

Fuente: semana.com