Imaginen que abren el cuaderno de comunicaciones de su hijo y leen: "Les informamos que a partir de la semana que viene, los estudiantes tendrán que limpiar los baños de la escuela".
En la Argentina, al igual que en la mayoría de los países del mundo, seguramente sería un escándalo. Sin embargo, esta es una práctica habitual en Japón y una que los llena de orgullo.
O-soji se llama esta tradición nipona, según la cual los estudiantes tanto de primaria y como de secundaria son los encargados de mantener la limpieza de la institución a la que asisten: barren, pasan el trapo al piso, preparan sus meriendas y hasta limpian los baños.
"En la escuela, un alumno no sólo estudia las materias, también aprende a cuidar lo que es público y a ser un ciudadano más consciente", explico el profesor Toshinori Saito a BBC Brasil. "Y nadie reclama porque siempre ha sido así".
En las escuelas de Japón, la hora del almuerzo también tiene sus particularidades, ya que no hay "comedores". En cambio, los alumnos comen en el aula y son ellos los encargados de servirse. Luego viene la merienda y antes de irse llega la hora de limpiar la escuela.
Los profesores organizan a los alumnos en grupos, repartiendo y rotando tareas una vez por semana.
No se trata de una manera de ahorrar por parte de las instituciones sino que el o-soji es una tradición. "Yo también ayudé a cuidar la escuela, así como lo hicieron mis padres y abuelos, y nos sentimos felices de recibir la tarea porque adquirimos una responsabilidad", contó Saito.
Fuente: Rumbos Digital
O-soji se llama esta tradición nipona, según la cual los estudiantes tanto de primaria y como de secundaria son los encargados de mantener la limpieza de la institución a la que asisten: barren, pasan el trapo al piso, preparan sus meriendas y hasta limpian los baños.
"En la escuela, un alumno no sólo estudia las materias, también aprende a cuidar lo que es público y a ser un ciudadano más consciente", explico el profesor Toshinori Saito a BBC Brasil. "Y nadie reclama porque siempre ha sido así".
En las escuelas de Japón, la hora del almuerzo también tiene sus particularidades, ya que no hay "comedores". En cambio, los alumnos comen en el aula y son ellos los encargados de servirse. Luego viene la merienda y antes de irse llega la hora de limpiar la escuela.
Los profesores organizan a los alumnos en grupos, repartiendo y rotando tareas una vez por semana.
No se trata de una manera de ahorrar por parte de las instituciones sino que el o-soji es una tradición. "Yo también ayudé a cuidar la escuela, así como lo hicieron mis padres y abuelos, y nos sentimos felices de recibir la tarea porque adquirimos una responsabilidad", contó Saito.
Fuente: Rumbos Digital
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