California, EE.
UU. (AFP y EFE).- Siete personas
muertas y tres heridas es el saldo final de la locura de un ex estudiante de enfermería en la Universidad de Oikos, en Oakland (California)
El responsable identificado como One Goh, de 43 años de edad, decidió poner en fila a sus víctimas y luego dispararles a sangre
fría. Así lo reveló la policía luego de la reconstrucción de la masacre
perpetrada, quien además hirió a otras tres personas que
abandonaron el martes el hospital Highland, donde fueron internadas.
One Goh, autor de la masacre |
El
nuevo y dramático episodio se vivió el lunes en esta pequeña universidad
cristiana privada, cuando One Goh ingresó en el edificio universitario buscando
a la administradora. Una vez que confirmó que la mujer no estaba en el establecimiento,
perdió la cabeza.
El
hombre acusado de la tragedia “no parece estar arrepentido de lo que hizo”,
afirmó el jefe de la policía, Howard Jordan. “Es todo muy, pero muy
triste: siete personas que no se merecían perder la vida murieron y otras tres
fueron heridas porque alguien no era capaz de manejar y lidiar con las
presiones de su vida”, resaltó Jordan.
La
matanza comenzó a las 10:23 locales de la costa oeste estadounidense, cuando el
hombre, de unos 40 años, vestido con un uniforme de camuflaje, irrumpió en un
aula donde se desarrollaba un curso de enfermería y -según los primeros
informaciones- disparó a mansalva contra los alumnos desatando el pánico
general.
Según
testigos, disparó al menos 30 veces, sin embargo, la reconstrucción de los hechos
reveló que Goh terminó poniendo en fila a sus víctimas y después los ejecutó.
Jordan
precisó que las edades de los fallecidos oscilan entre los 21 y los 40 años y
todos son de nacionalidades distintas.
Nacido
en Corea del Sur y convertido posteriormente en ciudadano estadounidense, Goh
fue expulsado de la Universidad de Oikos, en Oakland, California, en enero
pasado por problemas de comportamiento. Una expulsión que desencadenó en él un
fuerte resentimiento y mucha ira frente a la administración de la escuela y de
los otros estudiantes.
“Sentía
que estaba en la mira” de los directivos y “no recibía un trato justo”, que los
otros estudiantes “no lo respetaban y se reían de él y le tomaban el pelo por
su inglés hablado.
Esto hizo que se sintiera aislado”, añadió Jordan, poniendo
en evidencia que One Goh es muy “colaborativo” con las autoridades pero que “no
muestra ningún tipo de remordimiento”.
La
policía ahora está buscando el arma con la que cometió la tragedia, una
semiautomática comprada legalmente.
One Goh
no tiene ningún antecedente criminal aunque sí deudas.
En 2011 perdió a su
madre y a un hermano en un accidente vehicular.
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