El matrimonio, tan fácil que se dice y tan complicado que es. Dicen que en la época de los abuelos las cosas que se rompían no se tiraban, como lo hacemos ahora. Pero, también dicen que ya no aguantamos, ni infidelidades, ni gritos, ni cualquier otro tipo de abuso. En el caso de la protagonista de esta historia, sí, es bastante drástica, pues, le pidió el divorcio a su marido, porque él no le compró hamburguesa; ¨amor tráeme tacos o te pasará lo mismo¨.
Esta joven que no llega ni a los 30 años, vive en Abu Dabi, Emirates Árabes Unidos, decidió terminar su relación con el hombre que prometió frente al altar, pasaría el resto de su vida. No, no hubo una mujer de por medio, ni la golpeaba, ni nada por el estilo. Lo que sucedió es que aquella noche él salió a pasar el rato con sus amigos.
Desde luego, con la autorización de su esposa, justo antes de retirarse de la reunión decidió llamar a su esposa para avisarle que iba en camino. Así que, ella aprovechó para pedirle lo que al parecer es de sus comidas favoritas o seguro moría del antojo. Ya sabes, esos que te atacan a mitad de la noche y sí pueden entrar en desesperación.
Él accedió, pero ya en camino se dio cuenta muy tarde de que no pasó un famoso restaurante de comida rápida. Seguro, no le preocupó tanto el disgusto que podría tener su mujer. Al entrar a casa ella le pidió su deliciosa hamburguesa y al percatarse de que no la traía con él, comenzó la discusión.
Los gritos despertaron a más de un vecino y el descontento llegó a tanto, que ella no solo lo detestaba tanto como para no verlo esa noche. Fue suficiente para sacarlo literalmente de su vida, pues le pidió el divorcio y que se retirara con sus cosas en ese momento. ¡Adiós boda!
Lo sorprendente, es que ella no se retractó a la mañana siguiente y los trámites de la anulación del matrimonio son una realidad. Según, el abogago Hasan Al Mazrooqi, hay parejas, sobre todo, jóvenes que no tienen idea de lo que es unir para siempre dos vidas, por lo que al primer altibajos ponen punto final.
Fuente: Soy Carmín