El hombre, originario del estado de Michigan y que ha preferido permanecer en el anonimato, sabía que la piedra provenía del espacio pero nunca llegó a imaginar su valor. La roca, de casi 40 kilos, la encontró en la casa que adquirió en 1998. El anterior propietario, le contó que cayó durante una lluvia de estrellas acaecida en la década de los 30.
El hombre se enteró que por este tipo de rocas se llega a pagar mucho dinero y llevó la piedra a Mona Sirbescu, miembro de la Facultad de Geología en Ciencias de la Tierra y la Atmósfera de la Universidad Central de Michigan, para su tasación.
“Me di cuenta de inmediato que esto era algo especial”, aseguró la experta, quien señaló que es el sexto meteorito más grande encontrado en Michigan. “Es el espécimen más valioso que he tenido en mi vida, monetaria y científicamente”, dijo.
Ahora, el Museo de Smithsonian se está planteando su adquisición.
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