Los primeros en percatarse del robo fueron los habitantes del pueblo de Sankeshu, en la provincia de Jiangsu (este), que llamaron a la policía el 24 de enero para informar sobre la misteriosa desaparición de un tramo de la vía, según informó la agencia China News Service.
Los vecinos pensaron que se trataba del inicio de obras de renovación de la ruta, pero muy rápidamente la policía descubrió que había algo más detrás de la desaparición de un tramo de la carretera.
Los vecinos pensaron que se trataba del inicio de obras de renovación de la ruta, pero muy rápidamente la policía descubrió que había algo más detrás de la desaparición de un tramo de la carretera.
Un hombre alquiló una excavadora para romper el pavimento y luego fue cargando los trozos en camiones para llevarlos a una fábrica de materiales de construcción que le compró su 'mercancía', indicó el mismo medio.
El ambicioso ladrón buscaba una forma de ganar dinero y consideró que revender cemento usado era una buena "oportunidad comercial". Pensó que se trataba de un buen plan, sobre todo después de que una nueva carretera cercana a la zona redujera considerablemente el tránsito por la ruta en cuestión.
"Nadie más transitaba por aquí. Entonces ¿por qué no reciclar los pedazos de cemento para hacer algo de dinero?" declaró el acusado, según China News Service.
El ladrón se llevó en total 500 toneladas de cemento. La fábrica se las compró por 5.000 yuanes (unos 640 euros o 796 dólares).
La historia desató el viernes una ola de comentarios en las redes sociales, entre quienes se rieron de la "creatividad surgida de la pobreza" de este hombre, hasta críticos que pidieron como "castigo más apropiado, que repare la carretera".
AFP/ MF
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