El año pasado os relaté el caso del caballero que prendió fuego a su casa persiguiendo una araña ‘casi a cañonazos’. Ahora, una concienzuda empleada de limpieza taiwanesa ha volatilizado medio servicio de unas oficinas intentando eliminar a una cucaracha de la faz de la Tierra. Y no exagero ni un ápice.
Para acabar con el escurridizo insecto, la joven utilizó primero su zapatilla, y con un certero golpe, aplastó a la curiana contra el suelo.
Como si esto no fuera suficiente, introdujo los restos del ortóptero dentro de un trozo de papel higiénico y los arrojó al inodoro. Para finalmente, incinerarlos. ¡¡¡Error fatal!!!
La muchacha no recordó que había tirado restos de productos de limpieza en el váter y casualmente se habían mezclado para crear una especie de cóctel Molotov.
La muchacha no recordó que había tirado restos de productos de limpieza en el váter y casualmente se habían mezclado para crear una especie de cóctel Molotov.
El resultado os lo podéis imaginar: una fuerte deflagración, que se pudo escuchar en todo el edificio, y la mitad del baño incinerado como si un dragón hubiera estado probando su aliento dentro.
Lo más sorprendente de todo es que los empleados de la planta se quedaron tan tranquilos.
Lo más sorprendente de todo es que los empleados de la planta se quedaron tan tranquilos.
Al ser un país con muchos terremotos deben estar acostumbrados al ‘traqueteo’. Incluso hicieron bromas al recordar ‘la muerte del insecto’.
“El ‘pequeñajo’ (la cucaracha) nos la jugó pero ya no lo va a poder hacer más“, indicó uno de los trabajadores a un medio local.
Sólo faltó un sonoro y maléfico “Jajaja” para terminar la frase.
blogs.20minutos
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