MÉXICO.- Todos los países tienen sus tradiciones pero algunas son más raras que otras. Una de las más peculiares posiblemente esté en México, donde un alcalde se casó con una lagarta.
El encargado de llevar a la "novia” al altar fue el mismo prometido que incluso la besó en el lomo al finalizar la ceremonia. Claro que, como todos los esposos, le tenía miedo a su nueva "mujer”, por eso la lagarta llevaba la boca encintada.
Y si bien todo esto suena descabellado, fue real. Pero no es más que un antiguo ritual para atraer abundancia de peces y mariscos para los pescadores locales.
"Con esta ceremonia se pide a la divinidad que haya abundante pesca, la principal actividad económica de los pobladores”, explicó el alcalde y flamante esposo sobre el rito que se realiza todos los 30 de junio desde el siglo XVIII.
El encargado de preguntarle al alcalde si aceptaba a "niña princesa”, así se llama a la novia, como esposa fue el líder de la comunidad indígena chontal que tuvo a cargo toda la ceremonia.
La lagarta fue capturada especialmente para la ceremonia y al finalizar fue liberada en un centro de conservación de fauna silvestre. Claro que antes festejaron y le cambiaron el vestido por uno multicolor.
El rito en Oaxaca, una de las regiones más pobres y con más indígenas de México, comienza todos los 23 de junio con danzas típicas de la zona.
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