Jeff Watters, un ciudadano estadounidense que vivía en la calle, se encontró con un cheque en la calle y acudió a un banco para cobrar 368.000 dólares para montar un restaurante. Un sueño que deberá esperar, ya que ha sido detenido...
Jeff Watters lleva viviendo unos cuantos años en la calle. Un día, cuando caminaba por las calles de la ciudad, se encontró con un amigo vagabundo que le entregó un cheque en blanco. Este ciudadano estadounidense no dudó ni un solo segundo y se acercó al banco más cercano para cobrarlo.
Era un cheque en blanco, sin cifras, ni ceros de menos ni de más. Por eso, cogió un bolígrafo y ayudado por el alcohol que llevaba en la sangre decidió poner la primera cantidad que se le vino a la cabeza. ¿Cuál? 368.000 millones de dólares con los que poder cumplir el sueño de su vida.
"Siempre ha sido mi sueño abrir un restaurante en la Tierra. Había imaginado hacer un local para que pudieran comer 30 millones de comensales. Además, sería totalmente submarino para que la gente pudiera ver los tiburones mientras comía", aseguraba Watters a los medios locales.
Sin embargo, su gozo en un pozo. Cuando se acercó al banco, los empleados decidieron llamar a la Policía debido a su atuendo y al olor de alcohol que procedía de su persona. Los agentes que se personaron no dudaron en personarse y detenerle.
¡Singular historia!
Era un cheque en blanco, sin cifras, ni ceros de menos ni de más. Por eso, cogió un bolígrafo y ayudado por el alcohol que llevaba en la sangre decidió poner la primera cantidad que se le vino a la cabeza. ¿Cuál? 368.000 millones de dólares con los que poder cumplir el sueño de su vida.
"Siempre ha sido mi sueño abrir un restaurante en la Tierra. Había imaginado hacer un local para que pudieran comer 30 millones de comensales. Además, sería totalmente submarino para que la gente pudiera ver los tiburones mientras comía", aseguraba Watters a los medios locales.
Sin embargo, su gozo en un pozo. Cuando se acercó al banco, los empleados decidieron llamar a la Policía debido a su atuendo y al olor de alcohol que procedía de su persona. Los agentes que se personaron no dudaron en personarse y detenerle.
¡Singular historia!
Fuente: que.es
No hay comentarios:
Publicar un comentario
No se permiten comentarios ofensivos, discriminatorios o racistas. Serán moderados. Gracias por su opinión.