Una mujer de 92 años se levantó de su ataúd en la funeraria para preguntar dónde estaba, después de haber sido dada por muerta por los médicos.
Una anciana de 92 años fue dada por muerta en su localidad alemana de Gelsenkirchen el pasado lunes cuando un enfermero certificó en la residencia en la que vivía que ya no respiraba y después de haber sido examinada se certificó su muerte a las 16:00 horas.
Hasta aquí todo normal, pero la sorpresa súbita se la llevaron en la funeraria, cuando un trabajador vio a la mujer en su ataúd con los ojos abiertos. La anciana se levantó y le preguntó: "¿dónde estoy?". Evidentemente, el hombre se desmayó por lo inusual de esta escena.
La mujer no había fallecido y la policía ha abierto una investigación para aclarar si se cometieron errores en el proceso de certificación de su muerte. El director de la residencia afirmó que era "terrible e inexplicable".
"Es evidente que el médico no hizo una investigación adecuada. La idea de ser enterrado vivo es revolver los miedos primarios de las personas", ha declarado el Patronato de la Fundación Alemana para la protección del paciente.
que,es
Hasta aquí todo normal, pero la sorpresa súbita se la llevaron en la funeraria, cuando un trabajador vio a la mujer en su ataúd con los ojos abiertos. La anciana se levantó y le preguntó: "¿dónde estoy?". Evidentemente, el hombre se desmayó por lo inusual de esta escena.
La mujer no había fallecido y la policía ha abierto una investigación para aclarar si se cometieron errores en el proceso de certificación de su muerte. El director de la residencia afirmó que era "terrible e inexplicable".
"Es evidente que el médico no hizo una investigación adecuada. La idea de ser enterrado vivo es revolver los miedos primarios de las personas", ha declarado el Patronato de la Fundación Alemana para la protección del paciente.
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