Según han asegurado varios testigos, la niña lloraba y vomitaba porque no podía más, pero su abuela solo se limitó a darle un poco de agua y decirle que siguiera.
Joyce Hardin Garard, una mujer de 49 años obligó a su nieta a hacer ejercicio físico hasta prácticamente desfallecer, tras haberse comido una chocolatina sin su permiso.
Esta trágica historia ha ocurrido en Estados Unidos, y la mujer ahora está siendo juzgada por ello, y podría enfrentarse a la pena capital por un delito de asesinato.
En la misma cinta de seguida del autobús, se escucha como la abuela dijo: "le voy a hacer correr hasta que no pueda más". Y eso fue precisamente lo que hizo... Tuvo a la pequeña corriendo durante tres horas hasta que se desplomó en el suelo y tuvo que ser trasladada al hospital, donde murió tres días más tarde.
Además, según ha publicado el Daily Mail, los ruegos de la pequeña no sirvieron para frenar a su abuela. Según han asegurado varios testigos, la niña lloraba y vomitaba porque no podía más, pero su abuela solo se limitó a darle un poco de agua y decirle que siguiera.
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Esta trágica historia ha ocurrido en Estados Unidos, y la mujer ahora está siendo juzgada por ello, y podría enfrentarse a la pena capital por un delito de asesinato.
La pequeña Savannah Hardin, de apenas 9 años, tenía prohibido comer chocolate o cualquier otro tipo de dulces, por problemas de salud. Sin embargo, la niña aceptó una chocolatina que le ofrecieron en el autobús del colegio, según han revelado las cámaras de seguridad del vehículo.Cuando llegó a oídos de su abuela lo que la niña había hecho, se enfadó muchísimo. Tanto que le impuso un durísimo castigo que días más tarde terminó con su vida.
En la misma cinta de seguida del autobús, se escucha como la abuela dijo: "le voy a hacer correr hasta que no pueda más". Y eso fue precisamente lo que hizo... Tuvo a la pequeña corriendo durante tres horas hasta que se desplomó en el suelo y tuvo que ser trasladada al hospital, donde murió tres días más tarde.
Además, según ha publicado el Daily Mail, los ruegos de la pequeña no sirvieron para frenar a su abuela. Según han asegurado varios testigos, la niña lloraba y vomitaba porque no podía más, pero su abuela solo se limitó a darle un poco de agua y decirle que siguiera.
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