- L a mujer se entregó a la Policía local después del banquete macabro y ahora está internada en el ala psiquiátrica de una cárcel para que le hagan una evaluación psicológica.
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| Casa de la anciana |
Una anciana de la localidad francesa de Lowry fue detenida después de que se entregó a la Policía local tras confesar que mató, descuartizó y cocinó a su marido. La mujer admitió que consumió la nariz, el corazón y el pene de su víctima en una suerte de guiso.
La Policía del Departamento de Meurthe y Mosela no reveló el nombre de la mujer, pero se supo que tiene 71 años y que la víctima tenía 80, informó el sitio español 20 Minutos. El episodio ocurrió en la noche del 21 al 22 de mayo, pero recién alcanzó nivel mediático esta semana.
"Mi defendida sufrió una crisis de furiosa de locura. Ahora tienen que ser los profesionales lo que decidan cuáles han sido las razones para llegar a un final tan terrible", explicó su abogado defensor sobre la mujer, que es abuela y tiene diez hijos.
El caso fue presentado en público como "la Hanibal Lecter" en honor al personaje de Anthony Hopkins en "El silencio de los inocentes".
Pero al contrario del macabro y comunicativo Dr. Lecter, la mujer llegó a la comisaría del poblado de Lowry con su ropa cubierta de sangre y después de confesar el crimen se sumió en un silencio y quedó internada en el ala psiquiátrica de la cárcel de mujeres de Nancy-Maxéville.
La Policía del Departamento de Meurthe y Mosela no reveló el nombre de la mujer, pero se supo que tiene 71 años y que la víctima tenía 80, informó el sitio español 20 Minutos. El episodio ocurrió en la noche del 21 al 22 de mayo, pero recién alcanzó nivel mediático esta semana.
"Mi defendida sufrió una crisis de furiosa de locura. Ahora tienen que ser los profesionales lo que decidan cuáles han sido las razones para llegar a un final tan terrible", explicó su abogado defensor sobre la mujer, que es abuela y tiene diez hijos.
El caso fue presentado en público como "la Hanibal Lecter" en honor al personaje de Anthony Hopkins en "El silencio de los inocentes".
Pero al contrario del macabro y comunicativo Dr. Lecter, la mujer llegó a la comisaría del poblado de Lowry con su ropa cubierta de sangre y después de confesar el crimen se sumió en un silencio y quedó internada en el ala psiquiátrica de la cárcel de mujeres de Nancy-Maxéville.
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