El sujeto, junto a otro vecino, observaron que había un bebé al borde de una ventana en un segundo piso. Bajo la tormenta y con los brazos abiertos consiguen atraparlo en el aire en el momento justo para evitar que el pequeño termine gravemente herido.
El niño, de tan solo un año, se había subido a la ventana mientras su madre se encontraba abajo, en la calle. Los vecinos se dieron cuenta y se apresuraron para evitar la fatal caída.
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