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domingo, 13 de octubre de 2013

El caso de las estatuas sonrientes

“En un pequeño país dominado por la tristeza ocurre algo insólito: sus estatuas, antes inexpresivas o con rostros enfadados, se ponen de repente a sonreír. Nadie se explica cómo ha podido suceder. Sin embargo, la situación contagia a sus habitantes, que desde ese día comienzan a reírse más y hacen que la felicidad se apodere de sus vidas”.

Podría ser el argumento de un cuento para niños, pero en realidad es el trasfondo de una original acción de Ambient Marketing desarrollada por la marca de dentífricos Blend-a-Med en Polonia. Con ella buscan demostrar su teoría de que las sonrisas son contagiosas, y que tener los dientes blancos hace que las personas sonrían más.

La elección de Polonia como epicentro de la acción no es casual, ya que un estudio refleja que es uno de los países del mundo donde sus habitantes sonríen menos. Para revertir la situación se les ocurrió la brillante idea de generar las sonrisas menos esperadas: la de los personajes históricos representados en distintas estatuas.

Con la ayuda de un escultor crearon moldes para estas figuras y convirtieron sus rostros malhumorados en caras alegres. La reacción de las sorprendidas personas que lo vieron no fue otra que esbozar una sonrisa. Muchos turistas se pensaron que esa era la expresión real de la estatua, ya que los responsables de la acción crearon incluso postales con su nueva cara.

La acción se completó con el lanzamiento de una aplicación móvil que hacía sonreír a las estatuas si se apuntaba a ellas con la cámara del dispositivo, generando un curioso efecto. Gracias a esta divertida campaña la marca de dentífricos consiguió arrancar un gran número de sonrisas en un país que no puede presumir de expresar mucho sus sentimientos. Un final feliz digno de un buen cuento.


Fuente: yahoo.com

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