Es una cifra desorbitante, pero real. Una adolescente de 18 años come 48 kilómetros de fideos al año y hace 11 años que no prueba otra comida.
Georgi Readman, una estudiante de peluquería que vive en la Isla de Wight, en Inglaterra, sobrevive sólo comiendo pasta porque padece un trastorno que le provoca miedo a comer otros alimentos.
Cuanto tenía 5 años, quedó “estancada” en los fideos. Al parecer, quedó fascinada al ver cómo los comía su hermano mayor. Luego de sufrir una intoxicación severa a los 8 años, los spaghetti se transformaron en su única fuente de nutrición.
Georgi Readman, una estudiante de peluquería que vive en la Isla de Wight, en Inglaterra, sobrevive sólo comiendo pasta porque padece un trastorno que le provoca miedo a comer otros alimentos.
Cuanto tenía 5 años, quedó “estancada” en los fideos. Al parecer, quedó fascinada al ver cómo los comía su hermano mayor. Luego de sufrir una intoxicación severa a los 8 años, los spaghetti se transformaron en su única fuente de nutrición.
Desde esa crisis, en adelante, no pudo, pese a sus intentos, comer frutas ni vegetales, mucho menos carnes rojas. Sólo, y ocasionalmente, diversificó su dieta con pequeños trozos de papa y hasta algún pedacito de pollo.
Cada vez que sale de compras, la madre de Georgi sale del supermercado con más de 11 paquetes de fideos, porque está segura que es lo que su hija va a comer. Cualquier otra clase, que pueda tener otro color o alguna “manchita”, debe “colarlos” primero.
"Siempre me gustaron los fideos y puedo comerme fácilmente dos paquetes de una vez. Incluso los he comido secos y sin cocinar", dice Georgi.
Quedó tan impactada por su intoxicación que desde ese entonces asegura entrar en pánico, sudar y comienza a tener náuseas cada vez que trata de introducir una alternativa a su limitada dieta.
Fuente: larazon.com.ar
Cada vez que sale de compras, la madre de Georgi sale del supermercado con más de 11 paquetes de fideos, porque está segura que es lo que su hija va a comer. Cualquier otra clase, que pueda tener otro color o alguna “manchita”, debe “colarlos” primero.
"Siempre me gustaron los fideos y puedo comerme fácilmente dos paquetes de una vez. Incluso los he comido secos y sin cocinar", dice Georgi.
Quedó tan impactada por su intoxicación que desde ese entonces asegura entrar en pánico, sudar y comienza a tener náuseas cada vez que trata de introducir una alternativa a su limitada dieta.
Fuente: larazon.com.ar
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