"Tú naciste para estudiar, no para lavar ollas tiznadas", le decía su padre. Ha trabajado en el Instituto Nacional de Cardiología, en el Centro Médico Nacional y en el Hospital Español, así como en Estados Unidos y Canadá.
Tras años de labor profesional y montar su propia escuela de enfermería, optó por darse un descanso. Y sí, su tiempo libre significa estudiar.
"Yo vivo feliz junto a los jóvenes porque me inyectan salud, energía, entusiasmo. Fue maravilloso porque me quedaba cerca la escuela y al ser mayor sentí el cariño de mis compañeros y profesores", cuenta.
Concluir su tercera formación le costó, como dice, "la lágrima de internet", pues se vio forzada a presentar trabajos a computadora. Pasó noches enteras sin dormir intentando sumergirse en el mundo digital.
"Nuestro país es inmensamente rico y nos da muchas oportunidades, nada más tenemos que saberlas captar. La clave es siempre tener proyectos en mente. Eso es lo que la mantiene viva".
Fuente: sdpnoticias / MF
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