Chelsea Maning, la ex soldado estadounidense fue condenada a 35 años de cárcel por filtrar cables diplomáticos
ESTADOS UNIDOS.- "Pasé mucho tiempo negándome la idea de que podía ser gay o transexual. Cuando tenía entre 14 y 16 años, la mayoría de personas creían que estaba pasando por fases”. Quien habla así es Chelsea Maning, la ex soldado estadounidense, que en agosto de 2013 fue condenada a 35 años de cárcel por filtrar cientos de miles de cables diplomáticos y militares a WikiLeaks.
Chelsea Manning, antes Bradley Manning, anunció que en verdad se sentía una mujer cuando entró en prisión. Ahora ha concedido una entrevista por correo a la revista Cosmopolitan contando cómo es su vida tras las rejas y cómo se está produciendo el cambio de hombre a mujer.
En la cárcel consiguió el cambio de nombre legal y solicitó tratamiento para la disforia de género. No obstante, Manning se queja de que las autoridades no le dejan crecer el pelo. Es "doloroso y difícil", ha dicho la ex soldado.
Chelsea Manning, antes Bradley Manning, anunció que en verdad se sentía una mujer cuando entró en prisión. Ahora ha concedido una entrevista por correo a la revista Cosmopolitan contando cómo es su vida tras las rejas y cómo se está produciendo el cambio de hombre a mujer.
En la cárcel consiguió el cambio de nombre legal y solicitó tratamiento para la disforia de género. No obstante, Manning se queja de que las autoridades no le dejan crecer el pelo. Es "doloroso y difícil", ha dicho la ex soldado.
"Me siento presionada por arriba. Por el día estoy bien, pero por la noche, cuando estoy en mi habitación, me vengo abajo", añade.
En la cárcel de Kansas, Manning tiene su propia celda con "dos ventanas verticales desde las que se puede ver el sol, los árboles, las colinas y el cielo azul".
Además, pasa mucho tiempo en la biblioteca de la prisión, trabajando para conseguir el título universitario en ciencias políticas, según ha informado la revista.En cuanto a los otros reclusos, la exsoldado ha señalado que la están tratando muy bien durante su cautiverio.
"Los chicos aquí son adultos. Hay personas muy inteligentes y sofisticadas en las cárceles de Estados Unidos", dijo.
Con respecto a su infancia, Manning ha confesado que desde una edad muy temprana se sentía diferente. Encontró en la habitación de su hermana su paraíso.
"Me encantaba estar en la habitación de mi hermana. Realmente la admiraba y me ponía su ropa para jugar, también jugaba con sus muñecas y con su maquillaje", comenta.
"Allí había un espejo preparado para ver lo que se vería con una iluminación diferente. Pensé que era increíble", añade Manning.
En el colegio, sus diferencias pronto empezaron a convertirse en materia fácil de chistes e insultos. Los niños se metían con ella llamándola "niño afeminado" y "marica".
Según relata, el consejo de su padre era «dar un golpe en la cara» a los matones que se burlaban de ella.«A pesar de que empecé a ver a un psicólogo con la intención específica de explorar mi identidad trans, me entró el pánico y nunca hable el tema con él. Comencé a consumir gran cantidad de gaseosas y cigarrillos, y usaba Internet como vía de escape», explica.
En la cárcel de Kansas, Manning tiene su propia celda con "dos ventanas verticales desde las que se puede ver el sol, los árboles, las colinas y el cielo azul".
Además, pasa mucho tiempo en la biblioteca de la prisión, trabajando para conseguir el título universitario en ciencias políticas, según ha informado la revista.En cuanto a los otros reclusos, la exsoldado ha señalado que la están tratando muy bien durante su cautiverio.
"Los chicos aquí son adultos. Hay personas muy inteligentes y sofisticadas en las cárceles de Estados Unidos", dijo.
Con respecto a su infancia, Manning ha confesado que desde una edad muy temprana se sentía diferente. Encontró en la habitación de su hermana su paraíso.
"Me encantaba estar en la habitación de mi hermana. Realmente la admiraba y me ponía su ropa para jugar, también jugaba con sus muñecas y con su maquillaje", comenta.
"Allí había un espejo preparado para ver lo que se vería con una iluminación diferente. Pensé que era increíble", añade Manning.
En el colegio, sus diferencias pronto empezaron a convertirse en materia fácil de chistes e insultos. Los niños se metían con ella llamándola "niño afeminado" y "marica".
Según relata, el consejo de su padre era «dar un golpe en la cara» a los matones que se burlaban de ella.«A pesar de que empecé a ver a un psicólogo con la intención específica de explorar mi identidad trans, me entró el pánico y nunca hable el tema con él. Comencé a consumir gran cantidad de gaseosas y cigarrillos, y usaba Internet como vía de escape», explica.
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