Sin embargo, hay algunas culturas que han desarrollado una posición opuesta. Aunque aceptando que la muerte es incomprensible per se y respetable, ello no impide que sea también motivo de risa y contento. En conocido el talante de las celebraciones del día de los Fieles Difuntos en México, donde los panteones se llenan de música y los familiares acuden a reunirse y departir junto a la tumba de su pariente o amigo fallecido.
Pero esta alegría, que solo se repite un día del año, es mucho más constante en el cementerio que se encuentra en el pequeño poblado de Săpânţa, en el condado de Maramureş, al norte de Rumania. A diferencia de otros que se encuentran en el país, en este las lápidas están decoradas con colores brillantes y festivos y los epitafios, lejos de inspirar una melancólica reflexión sobre el fin de la vida, en ocasiones son irreverentes composiciones que se burlan o del difunto o de la muerte misma. En Wikipedia se transcribe una de estas, de la cual a su vez ofrecemos una traducción:
Debajo de esta cruz
Yace mi pobre suegra,
Por tres días más que hubiera vivido,
Yo descansaría, y ella habría la habría leído [esta cruz].
Tú que pasas por aquí,
Procura no despertarla,
Porque si regresa a casa
Más me criticará.
Pero me portaré bien,
Así ella no regresará del infierno.
¡Quédate ahí, mi querida suegra!
Fuente: http://pijamasurf.com
Yace mi pobre suegra,
Por tres días más que hubiera vivido,
Yo descansaría, y ella habría la habría leído [esta cruz].
Tú que pasas por aquí,
Procura no despertarla,
Porque si regresa a casa
Más me criticará.
Pero me portaré bien,
Así ella no regresará del infierno.
¡Quédate ahí, mi querida suegra!
Fuente: http://pijamasurf.com
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