Michael W. Jones Jr., de 38 años, mantuvo escondidos los cuerpos en su caravana durante varias semanas antes de transportarlos hasta Brantley, en Georgia. Allí, Jones Jr. sufrió un accidente y los agentes hallaron el cadáver descompuesto de su esposa, Casei Jones, de 32 años. El hombre además confesó que acababa de esconder los cuerpos de sus cuatro hijos: Cameron Bowers, de 10 años, Preston Bowers, de 5, Mercalli Jones, de 2 y Aiyana Jones, de 1, con quienes convivía en Summerfield, en el condado de Marion, en el centro de Florida.
Las víctimas habían sido dadas por desaparecidas el sábado de la semana pasada, después de que sus familiares carecieran de noticias suyas, informó la oficina del aguacil de Marion.
Jones permanece ingresado en la cárcel en espera de juicio. Se enfrenta a cargos por asesinato en segundo grado.
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