Rodeados de montañas de estiércol, los campesinos se dejaron llevar por la alegría y el desenfreno, arrojándose unos a otros puñados de lodo para concluir uno de los rituales tradicionales de la pequeña aldea de Gummatapura, en la frontera del estado de Karnataka-Tamil Nadu (sur).
Para la celebración, que se lleva a cabo al tercer día de Diwali, el Año Nuevo del calendario del hinduismo, los habitantes de esa aldea y de poblados vecinos recolectaron el excremento de unos 3.000 bovinos levantando murallas alrededor de ellos.
Jóvenes, adultos y niños se lanzaron entre si bolas enormes formadas del excremento, quedando cubiertos por completo del barro.
De acuerdo a la tradición, hombres, mujeres y niños deben comenzar desde la madrugada a recoger estiércol de vaca de todo el pueblo y depositarlo en un lugar designado para ello.
Al final del día, tras las celebraciones religiosas, las personas del pueblo se lanzan unas a otras al pozo, mientras otros cientos de personas observan el espectáculo.
Aunque los miembros de esta aldea no tienen claro el origen del festival, aseguran que la tradición comenzó varias generaciones atrás, después de la muerte de un pastor de la zona que se ganaba la vida hurgando entre la basura de los ricos.
El objeto de la particular celebración en salpicarse mutuamente con estiércol de vaca para librar a su aldea de todas las dolencias y dificultades.
EFE
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