Tras un examen médico, los especialistas dieron con el origen del dolor y le extrajeron un clavo de 48 mm incrustado en su cráneo.
Lo más sorprendente del caso, es que el hombre dijo a los médicos que no sabía cómo había llegado allí el clavo.
Según informaron diferentes medios locales, el hombre de 43 años y de apellido Hu, es empleado en una fábrica de cemento en Chongyang (China) pero supervisando imágenes de las cámaras de seguridad, lo que le mantiene alejado del material de considerado como más ‘peligroso’.
Lo más sorprendente del caso, es que el hombre dijo a los médicos que no sabía cómo había llegado allí el clavo.
Según informaron diferentes medios locales, el hombre de 43 años y de apellido Hu, es empleado en una fábrica de cemento en Chongyang (China) pero supervisando imágenes de las cámaras de seguridad, lo que le mantiene alejado del material de considerado como más ‘peligroso’.
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