ESTADOS UNIDOS.- Esta mujer se llama Johanna Watkins, tiene 29 años y nació en el estado de Minnesota. Desde el año 2013 está casada con su esposo Scott, pero si bien conviven y se aman, no pueden tocarse ni pasar muchos minutos juntos porque la vida de Johanna corre un grave peligro.
Su enfermedad se llama "Activación de Mastocitos", Esto significa que Johanna tiene alergia a absolutamente todo, incluyendo el olor de la persona que más ama y con la cuál eligió compartir su vida.
Sí bien su comportamiento de pareja no es el más usual, utilizan el ingenio para poder compartir cosas. En una entrevista para la BBC, Johanna cuenta: "Sí Scott y yo vamos a ver un programa juntos, no podemos estar en la misma habitación, porque soy alérgica a él, pero él va a estar tres pisos abajo, en una habitación con su laptop y yo con la mía. Así, vamos a ver el programa al mismo tiempo y a chatear sobre eso”
Cuando la pareja aún no se había casado, antes del año 2013, si bien ya tenía alguno síntomas, Johanna no esperaba que su condición se volviera tan severa. Ella trabajaba de maestra y no tenia mayores inconvenientes en su desempeño. Sufría de algunas migrañas, erupciones y problemas gástricos cuando pasaba muchas horas junto a su Scott. pero todo empeoró cuando comenzaron a convivir juntos luego de casarse.
"Nos dimos cuenta de que cuando Scott entraba [en la habitación] empezaba a sentirme cada vez peor, mis síntomas diarios se agravaban”, cuenta. "Ahora estaba reaccionando fuertemente a mi esposo, antes había reaccionado así ante el olor corporal de mis padres y a muchas otras personas, pero fue horrible cuando se convirtió en Scott”.
Johanna vive en aislada en una habitación con ventanas y puertas selladas. Está rodeada por filtros de aire para purificar una atmósfera creada exclusivamente para ella. Sólo abandona la habitación para ir a una guardia o a una consulta médica.
El síndrome que padece actúa invirtiendo el funcionamiento de las células destinadas a protegerla de las amenazas externas. En lugar de hacerlo, mutan y comienzan a atacar su propio cuerpo. Los síntomas y la gravedad de su enfermedad pueden variar de un paciente a otro, pero en Johanna pueden desencadenar un shock anafiláctico (choque alérgico) que podría matarla.
Cada vez que sufre de un shock alérgico, su esposo la levanta en brazos y ambos, con mascarillas, suben al coche para llegar al hospital lo antes posible. "Cada día, cuando me despierto, creo que no lo voy a soportar”, explica Johanna entre lágrimas. "Pero luego Dios me da fuerza para salir adelante”.
Uno de los datos más curiosos es que Johanna a las únicas personas a las cuales no les tiene alergia son sus hermanos, ellos la visitan todas las semanas para levantar un poco su animo. No cabe duda, de todos modos, que esta pareja, pese a la adversidad, se cuida y se ama de una manera muy intensa y especial.
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