Los médicos del hospital Santa Maria en Lisboa le diagnosticaron una distrofia muscular incurable a la edad de 13 años, pero una neuróloga corrigió el error en 2010, al descubrir que sufría de miastenia congénita.
La simple prescripción de un medicamento contra el asma, indicado para el tratamiento de esta enfermedad extraña que se expresa por medio de una debilidad muscular, le hizo recuperar el uso de las piernas.
El 12 de mayo de 2011 pudo ir a pie a su café habitual cerca de su casa en Alandroal en el sureste de Portugal. "Creímos que se trataba de un milagro", cuenta el propietario del café Arco-Iris, Manuel Melao, citado por el diario.
Ahora de 61 años de edad, Rufino Borrego lleva una vida normal y debe someterse sólo a dos sesiones de fisioterapia por año.
Él afirma no tener rencor con el hospital Santa Maria, pues su enfermedad era casi desconocida por el mundo médico cuando se hizo el diagnóstico erróneo a fines de los años 60. "Solo quiero disfrutar de la vida", aseguró.
AFP
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