martes, 5 de julio de 2016

De la barra de chocolate a los barrotes de prisión: restos de ADN sirven para condenar a un criminal

Los restos de ADN hallados en una chocolatina que comió el secuestrador fueron cruciales para su posterior condena.

Imagen IlustrativaFlickr / cyclonebill

Un secuestro indignante tuvo lugar en la ciudad británica de Birmingham el pasado mes de marzo. Mohammed Islam, de 19 años, tomó de rehén a un joven de 18 años y amenazó con apuñalarle si su familia y amigos no cumplían sus exigencias.

Una amiga de Islam había invitado al joven al departamento del secuestrador. El delincuente los esperaba ahí y, amenazando al muchacho con un cuchillo, lo tomó como rehén y le obligó a llamar a su familia y amigos para transmitirles sus exigencias. El padre del rehén aceptó las condiciones y le transfirió 150 libras esterlinas (unos 200 dólares). Pero la cantidad no le pareció bastante al criminal, que reanudó las llamadas.


Islam amenazaba con un cuchillo a su rehén WEST MIDLANDS POLICE

Tras varias horas en las que el secuestrador golpeó y amenazó a su víctima, Islam cubrió la cabeza del joven con una bolsa de plástico y salió con él del apartamento. Mientras se dirigían al ascensor, el rehén logró escapar y además se llevó lo que quedaba de una chocolatina que el secuestrador había estado comiendo. En el dulce había restos del ADN de Mohammed Islam, lo que ayudó a la Policía a identificarle y detenerle el pasado abril.

El joven delincuente pasará los próximos ocho años en prisión, según la sentencia dictada el viernes pasado en su contra, informa el periódico 'Daily Star'.

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