Hoy, asegura que se siente bella como nunca antes. Se despidió de los rastrillos y tratamientos con láser, y comenzó a disfrutar de su individualidad.
Te presentamos la historia de Rose Geil.
Originaria de Oregon, Estados Unidos, la mujer tenía que afeitarse el rostro todos los días. Tiempo después, el vello comenzó a crecerle en la espalda y el pecho.
Rose intentó de todo para deshacerse del vello facial y corporal. Además de afeitarse, se sometió durante años a dolorosos tratamientos para la piel y costosos procedimientos de depilación láser… sin mucho éxito.
Pero ahora, a los 39 años de edad, y cansada de ocultarse, Geil decidió mostrarse al mundo tal como es. De hecho, asegura que nunca se había sentido mejor.
“Dejar crecer mi barba me ha dado mayor confianza. Me siento bella”, comentó la mujer a The Huffington Post.
Pero hoy, ha recuperado la seguridad en sí misma. “Se siente maravilloso ser yo. Me siento bella con mi barba, y nunca antes me había sentido así”, declaró al sitio mencionado.Durante años, la condición de Rose le impidió relacionarse con las demás personas. Cuando era adolescente, nunca aceptó dormir en casa de alguna amiga, por temor a que la vieran con vello facial al día siguiente.
Aunque no existe un diagnóstico oficial, la mujer asegura que su condición se debe a una combinación entre ovario poliquístico y la genética.
Pese a que contó con el apoyo de su familia, amigos e incluso parejas amorosas, el mayor enemigo de Rose siempre seguía siendo ella misma.
Finalmente, tras un ejercicio de autovaloración, Geil decidió aceptarse tal como es. Se despidió de los rastrillos y dejó crecer su barba. Y no piensa afeitarse nunca más.
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