miércoles, 22 de junio de 2016

Dos años escondiendo billetes en tampones para poder escapar de un maltratador

Lori, una mujer de Michigan, fue una de tantas víctimas de maltrato conyugal. Totalmente atada a su marido, que controlaba cada paso que daba, para poder escapar de casa estuvo escondiendo dinero durante dos años de la manera más ingeniosa: ocultando billetes a escondidas, poco a poco, en una caja de tampones.

Esta increíble historia real ha servido de inspiración para una campaña de una ONG sobre violencia doméstica que está impactando a las redes por su increíble escenografía y su crudo mensaje: las mujeres maltratadas son auténticas prisioneras.

Una mujer con traje de presidiaria da vueltas en el interior de una lúgubre celda. En su cabeza resuena una voz que dice cosas terribles. Se desespera, se angustia, el tiempo parece no avanzar. Un día retira la rejilla del conducto de ventilación, saca una caja de tampones y empieza a abrirlos. Dentro de cada uno hay un billete. Recopila todos y se dirige a la puerta.

Hasta aquí, parece el inicio de una serie o una película carcelaria. Pero lo que sucede a continuación es totalmente inesperado. La puerta de la celda, sorprendentemente, no está cerrada. La abre y vemos lo que hay al otro lado, un dormitorio y un hombre dormido en la cama: el maltratador. Ella lo mira temerosa y sale a hurtadillas. Por fin es libre.

Según nos dice la organización responsable de la campaña, la primera razón por la que muchas mujeres no pueden simplemente abandonar a sus maltratadores es por falta de recursos. Lo más habitual es que el maltrato físico y psicológico vaya acompañado de un “abuso económico”, es decir, un control férreo sobre el dinero por parte del maltratador que impide que la mujer tenga libertad para escapar.

“Ayúdanos a financiar la mayor fuga de la cárcel de América”, termina el spot. En el tiempo que lleva funcionando el proyecto, la fundación ha ayudado a más de 800.000 mujeres a rehacer sus vidas a través de cursos, empleos y otras herramientas. Una buena razón para colaborar en esta fuga carcelaria tan justa.

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