Las leyes de blasfemia en Pakistán estipulan como un crimen insultar las creencias religiosas. El castigo puede ir desde varios años de cárcel hasta una sentencia de muerte.
En medio de una plegaria, Mohammad Anwar levantó la mano por error después de haber oído mal una pregunta de un imán, que preguntó a la multitud en una mezquita que alzara la mano aquel que había dejado de orar.
El muchacho levantó la mano y la multitud lo acusó de inmediato de blasfemia, después de lo cual el chico regresó a sucasa y se cortó la mano. A continuación la puso en una bandeja y se la presentó al clérigo. El incidente ocurrió en una aldea en la localidad de Hujra, en el distrito de Depalpur.
Entre los países con mayoría musulmana, Pakistán tiene las leyes más estrictas contra la blasfemia. AFP
AJV
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