Sólo hay una persona en el mundo que puede afirmar que ha vivido casi tanto como ella. La italianaEmma Morano, que vino al mundo cuatro meses más tarde que Susannah Mushatt, una centenaria americana de 116 años que se crió en una granja de Alabama y que ostenta en la actualidad el título de más longeva del mundo.
Cuando le preguntan por lo más destacado de su vida, recuerda los episodios más negativos de la Guerra de Secesión, pero también repasa momentos importantes como su primer trabajo en 1922 como niñera de una familia de Nueva Jersey, donde no duró más de un año, o el día de su boda en 1928, con un hombre llamado Henry Jones, aunque cuenta que se separó al poco tiempo de él.
Esta centenaria ha pasado gran parte de su vida viviendo en un apartamento en Harlem en Nueva York, dedicándose a trabajos domésticos, hasta que dejó de trabajar en 1965, fue entonces cuando regresó a la granja familiar de Alabama pero sólo por un tiempo, porque para la fecha, la ciudad que nunda duerme la había seducido perdidamente. Es allí donde vive, en el cosmopolita barrio de Brooklyn, rodeada de familia y amigos, aunque ya no cuenta con sus hermanos, puesto que todos ellos han fallecido. Y aunque todos ellos bebían demasiado, según cuenta, la mayoría vivieron bastante, de hecho, uno de ellos, alcanzó la edad de 92 años.
Cuando Jones tenía alrededor de 80, es decir, hace 35 años, se mudó a una residencia de la tercera edad en Canarsie, en la parte sureste del distrito de Brooklyn donde ha estado cocinando hasta cumplir los 100, pero tuvo que dejar de hacerlo cuando empezó a padecer de cataratas.
El secreto de la longevidad
Pero, al margen de todo lo vivido, realmente hay una pregunta que planea por la mente de todos las que tienen el gusto de conocerla. y a la que la anciana conesta con mucha naturalidad. Jones confiesa que el secreto para vivir tantos años es dormir mucho y desayunar bacón a la plancha todas las mañanas. «Todavía tengo mucho apetito», asegura la centenaria. Otra de las cosas que le gusta hacer es masticar chicles de menta. Al parecer, aquello de la soltería que alegó la italiana no le ha servido a esta anciana, en su caso son las horas en compañia de Morpheo y la dieta lo que le han valido para alargar tanto la vida.
Secretos que seguramente le sirvan para volver a soplar las velas dentro de medio año, y quién sabe, lo mismo puede volver a presumir de tener una felicitación personalizada del mismísimo presidente de Estados Unidos. ¿La felicitará Obama otra vez? Tendremos que esperar para saberlo todavía siete meses más.
Fuente: ABC
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