El perico aprendió a decir palabrotas y se las repetía a sus vecinos. Una mujer, indignada, lo denunció y la policía lo arrestó. El increíble caso ocurrió en el estado indio de Maharastra.
Un loro tuvo que declarar ante la Policía de Rajura, en el estado occidental indio de Maharastra, luego de ser acusado por insultar a los vecinos de su cuadra.
Un loro, una mujer, el hijastro de esta y un vecino comparecieron ante la Policía de Rajura en una insólita escena que comenzó a instancias la señora, de 75 años, que asegura que su hijastro enseñó palabrotas e insultos al loro Hariyal para que se los recitara cada vez que pasa junto a su ventana.
Aunque la India es un país que siente especial cariño y otorga una particular protección a los animales, con monos que se cuelan en el Parlamento y vacas que caminan apacibles por las autopistas, Hariyal no pudo rehuir a la autoridad.
El ave ni siquiera se salvó de ir la comisaría luego de que se conociera la mala relación que tiene la mujer y su hijastro.
"Le pedimos al vecino que viniera con el loro y le dijimos a la señora que hablara con él para ver si era verdad que la insultaba", explicó el oficial Dongre al narrar el careo entre acusadora y acusado.
Después de 15 minutos increpándole, el silencio con que el loro capeó el temporal acabó desmontando la acusación de la demandante.
Un loro, una mujer, el hijastro de esta y un vecino comparecieron ante la Policía de Rajura en una insólita escena que comenzó a instancias la señora, de 75 años, que asegura que su hijastro enseñó palabrotas e insultos al loro Hariyal para que se los recitara cada vez que pasa junto a su ventana.
Aunque la India es un país que siente especial cariño y otorga una particular protección a los animales, con monos que se cuelan en el Parlamento y vacas que caminan apacibles por las autopistas, Hariyal no pudo rehuir a la autoridad.
El ave ni siquiera se salvó de ir la comisaría luego de que se conociera la mala relación que tiene la mujer y su hijastro.
"Le pedimos al vecino que viniera con el loro y le dijimos a la señora que hablara con él para ver si era verdad que la insultaba", explicó el oficial Dongre al narrar el careo entre acusadora y acusado.
Después de 15 minutos increpándole, el silencio con que el loro capeó el temporal acabó desmontando la acusación de la demandante.
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