domingo, 26 de julio de 2015

Gurú que hechizó a poderosos de China acaba en el calabozo

Aseguraba que curaba cánceres, que de la nada hacía aparecer serpientes y que partía tablas de madera sólo con respirar encima, pero al gurú chino Wang Lin, ninguna de esas supuestas habilidades que decía tener le ha librado del calabozo
Allí ha acabado, acusado de estar implicado en el asesinato de uno de sus discípulos, este mago que hechizó a celebridades y poderosos de China como maestro del "qigong", una práctica oriental derivada del taoísmo y basada en el control de la respiración.

Las autoridades chinas anunciaron esta semana, tras su detención el pasado 16 de julio junto a otros tres hombres, que investigan la relación de Wang con la desaparición y muerte de Zou Yong, un empresario y vicepresidente del parlamento provincial de Jiangxi (sureste) que estuvo vinculado al mago.

Zou y Wang se enzarzaron hace dos años en un litigio por una serie de deudas y denuncias cruzadas que empezaron a minar el prestigio del otrora todopoderoso hechicero, ahora ya caído en desgracia.

Wang Lin, de 63 años, se dio a conocer en la década de los 90, cuando el "qigong" se puso de moda en China, y con el tiempo se labró una cartera de seguidores plagada de nombres conocidos.

Desde el fundador del gigante chino del comercio electrónico Alibaba, Jack Ma, hasta estrellas del cine como Jackie Chan y Jet Li, un buen número de famosos del gigante asiático se dejaron seducir por los trucos del gurú.

Su mansión en Pingxiang (Jiangxi, China), un edificio de cinco plantas con un gran jardín, era llamada popularmente "el palacio" y se convirtió en una especie de centro de peregrinaje que frecuentaban no sólo celebridades del mundo del espectáculo, sino también políticos de alto rango.

El exministro de Asuntos Exteriores chino Qian Qichen, el exjefe del Ejecutivo de Hong Kong Donald Tsang Yam-kuen, la cuñada del expresidente Hu Jintao o la hermana del expresidente Jiang Zemin fueron algunos de los allegados de Wang.

A todos ellos les convenció de que él poseía poderes sobrenaturales que, según proclamaba el mago, le habilitaban para llenar vasos vacíos con vino surgido aparentemente del aire, convertir cenizas en papel o materializar serpientes, con las que después se fotografiaba.

Sin embargo, las artes de Wang demostraron en algunas ocasiones ser flagrantemente ineficaces, como cuando le prometió al exministro de Ferrocarriles Liu Zhijun que pondría un amuleto en su oficina para "asegurarle una vida sin fracasos" y el dirigente comunista terminó, años después, condenado a muerte por corrupción.

El pasado 9 de julio, se denunció la desaparición de Zou y una semana más tarde Wang fue arrestado por la policía.

A la espera de que se determine su culpabilidad en el caso, la prensa oficial china ya lo tilda de "charlatán".

Fuente: Unión Radio / LD

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