jueves, 5 de febrero de 2015

El golpe de suerte del hombre que camina 34 kilómetros para ir a su trabajo

Un hombre de la ciudad estadounidense de Detroit que camina unos 34 kilómetros en total cada día como parte de su trayecto hacia el trabajo ha recibido cientos de miles de dólares en donaciones por internet luego de que un periódico relatara su historia.
James Robertson, de 56 años, trabaja en una fábrica en el suburbio de Rochester Hills, en el estado de Michigan.

El hombre suele cubrir parte de su recorrido en un autobús, pero el resto debe completarlo a pie.

Evan Leedy, estudiante de 19 años de la Universidad Wayne State, leyó la historia e inició una campaña en el sitio GoFundMe con el objetivo de recaudar US$5.000.Luego de que el domingo The Detroit Free Presspublicara una nota acerca de Robertson, aparecieron muchas personas para ayudarle, incluyendo hasta una oferta de un auto gratis.

El martes en la noche el monto recaudado superaba los US$245.000 dólares.

Robertson dice que se siente halagado por la atención recibida y sorprendido que personas extrañas fuesen tan generosas.

"¿Estás hablando en serio?", le dijo a The Detroit Free Press tras escuchar que el esfuerzo de financiación colectiva había recaudado US$30.000.

Un concesionario automotriz en las inmediaciones ofreció regalarle un auto nuevo a Robertson.

Algunos ofrecieron bicicletas y otros se ofrecieron
como voluntarios para conducirlo al trabajo.
Evan Leedy, un estudiante de 19 años, inició el domingo una campaña con el objetivo de recaudar US$5.000 para Robertson y para el martes en la noche habían recaudado más de US$245.000
Con nieve o lluvia, nunca dejó de ir al trabajo

Cuando su auto dejó de funcionar hace diez años, Robertson comenzó a hacer su viaje diario a Schain Mold & Engineering, donde trabaja amoldando repuestos automotrices.

E incluso, pese a las reducciones de los servicios de transporte público, ha tenido una asistencia perfecta a su trabajo durante más de 12 años.

Recientemente, Blake Pollock le ha estado dando ocasionalmente aventones a Robertson."Yo establecí nuestro estándar de asistencia por este hombre", dice Todd Wilson, gerente de planta de la fábrica. "Suelo decir, si este puede llegar, caminando todos esos kilómetros a través de la nieve y la lluvia... Bien, le diré que tengo gente que conduce un Pontiac y está a diez minutos de distancia y dice que no puede llegar acá".

Este banquero solía verlo todos los días, caminando, hasta que una vez se decidió a preguntarle qué estaba haciendo.

Pollock se ha ofrecido para ayudar a Robertson a manejar el dinero que le produjo este golpe de suerte.

Pero éste, al enterarse de un nuevo programa federal que le ofrece la posibilidad de que el sistema de autobuses de Detroit lo recoja en su casa y lo conduzca hasta su trabajo, dice que prefiere contribuir con otras personas, para que se beneficien de este servicio.

BBC mundo

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