- El episodio fue el que vivió una mujer en Singapur, quien se vio sorprendida por una enorme serpiente mientras hacía sus necesidades. La víctima está fuera de peligro, al tiempo que el animal escapó por las tuberías.
Una mujer acababa de sentarse en el inodoro para realizar sus necesidades, cuando desde el mismo emergió una enorme serpiente pitón, que la mordió y logró escapar por las tuberías.
El hecho ocurrió en Singapur, y la víctima fue Noraslinda Asat, una ama de casa de 34 años que se vio sorprendida por este gigante animal de casi dos metros de longitud, pero que ya está fuera de peligro.
De acuerdo con el diario local My Paper, la mujer se sentó en el inodoro y enseguida escuchó un sonido en el agua, y en el mismo momento sintió un fuerte dolor en el muslo. Ahí fue cuando advirtió que tenía una serpiente mordiéndole la pierna, la cual era tan gruesa que no podía sacarse de encima con sus propias manos.
Se trataba de una serpiente de color marrón con manchas más oscuras, relató la paciente al diario My Paper, donde concluyó: “No podía ni siquiera ver su cola en la taza del inodoro”, según publica el portal Diario Registrado.
Esa misma noche, Noraslinda llamó a su hermano, que ejerce como controlador de plagas. El hombre abrió el registro para desechos que se ubica fuera del edificio y descubrió a la serpiente, que “parecía cansada y asustada”, pero ésta volvió a huir a través de una grieta.
Desde entonces, la señora Fátima, madre de la joven atacada por la serpiente, vierte ollas de agua caliente a través del hueco de ese inodoro, lo cierra con tapa, y encima coloca un pesado ladrillo.
El hecho ocurrió en Singapur, y la víctima fue Noraslinda Asat, una ama de casa de 34 años que se vio sorprendida por este gigante animal de casi dos metros de longitud, pero que ya está fuera de peligro.
De acuerdo con el diario local My Paper, la mujer se sentó en el inodoro y enseguida escuchó un sonido en el agua, y en el mismo momento sintió un fuerte dolor en el muslo. Ahí fue cuando advirtió que tenía una serpiente mordiéndole la pierna, la cual era tan gruesa que no podía sacarse de encima con sus propias manos.
Se trataba de una serpiente de color marrón con manchas más oscuras, relató la paciente al diario My Paper, donde concluyó: “No podía ni siquiera ver su cola en la taza del inodoro”, según publica el portal Diario Registrado.
Esa misma noche, Noraslinda llamó a su hermano, que ejerce como controlador de plagas. El hombre abrió el registro para desechos que se ubica fuera del edificio y descubrió a la serpiente, que “parecía cansada y asustada”, pero ésta volvió a huir a través de una grieta.
Desde entonces, la señora Fátima, madre de la joven atacada por la serpiente, vierte ollas de agua caliente a través del hueco de ese inodoro, lo cierra con tapa, y encima coloca un pesado ladrillo.
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