La mujer explicó a los médicos que tenía orgasmos involuntarios que comenzaban en su pierna izquierda y acababan en la vagina como si acabara de tener una relación sexual, pero que todo ocurría mientras caminaba. Tenía entre cinco y seis orgasmos diariamente.
El fenómeno comenzó cuando la mujer se despertó de un coma en el que estuvo varias semanas. Entonces se quejó de una quemadura en el pie izquierdo. Según el neuropsiquiatra Marcel Waldinger, de la Universidad de Utrecht, el nervio que registra la información sensitiva del pie y la vagina están al mismo nivel y el cerebro de la mujer no podría diferenciarlo.
Para parar estos orgasmos que tan mal hacían sentir a la mujer, los médicos le tuvieron que poner una inyección en la espina dorsal.
Fuente: Que.es
jajajaja que falacia mas que interesante..
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