Ahora, un informe revela que una enfermera informó de que Burns había experimentado una ligera mejoría, que movía un pie, la boca y la lengua. Pero los médicos hicieron caso omiso y diagnosticaron un daño cerebral irreversible.
El informe sostiene que no se realizaron las pruebas suficientes y que la paciente no cumplía los criterios para la retirada de la atención.
Burns despertó justo en el momento en que los médicos se disponían a extraer sus órganos, salvando su vida, pero 16 meses después se suicidó aquejada de una fuerte depresión.
Aunque nadie presentó cargos contra el hospital, el caso ha sido revisado y la Secretaría de Salud ha multado al centro con 17.200 euros.
Fuente: Telecinco
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