La familia sostiene que ha alentado esta celebración (y ha desembolsado más de 1.700 euros por ello: más de 1.100 por la ceremonia y unos 700 por la novia) porque tiene un buen motivo. “Sanele se llama así por su abuelo, que nunca tuvo una boda propiamente dicha; por eso, antes de morir, la abuela pidió que se casara.
Eligió a Helen porque la conocía y la quería. Al acceder, hemos contentado a nuestros ancestros”, explica Patience Masilela, la madre del novio. “Si no lo hubiéramos hecho, algo malo le hubiera pasado a nuestra familia. No me causa ningún problema porque sabía que era lo que querían los ancestros y eso me hace feliz”.
Como la cuestión era darle a Sanele una boda, y su abuela nunca pidió un matrimonio, la ceremonia fue puramente simbólica, sin vinculación legal alguna. La pareja no firmó ningún certificado y por tanto, ni el niño de ocho años ni la novia de 61 tienen por qué vivir juntos.
De hecho, ya han vuelto a sus vidas normales: ella a ser madre de sus hijos, que tienen entre 27 y 37 años de edad, y él ha vuelto a la escuela. “Me alegra haberme casado con Helen”, ha explicado Sanele. “Pero ahora voy a volver a clase a estudiar mucho. Cuando sea mayor, me casaré con una mujer de mi edad”.
En cuanto a la novia, que trabaja en una planta de reciclaje al igual que Patience, también se mostraba más que contenta de haber participado en la ceremonia que ha escandalizado a Tshwane.
“Estoy casada y tengo mis propios hijos pero sé que esto es lo que querían los ancestros y ahora están contentos. No es más que un ritual, solo estamos jugando a casarnos, pero es una señal de que algún día Sanele se casará”, ha explicado junto a Alfred, su marido desde hace 30 años.
Fuente: yahoo
Como la cuestión era darle a Sanele una boda, y su abuela nunca pidió un matrimonio, la ceremonia fue puramente simbólica, sin vinculación legal alguna. La pareja no firmó ningún certificado y por tanto, ni el niño de ocho años ni la novia de 61 tienen por qué vivir juntos.
De hecho, ya han vuelto a sus vidas normales: ella a ser madre de sus hijos, que tienen entre 27 y 37 años de edad, y él ha vuelto a la escuela. “Me alegra haberme casado con Helen”, ha explicado Sanele. “Pero ahora voy a volver a clase a estudiar mucho. Cuando sea mayor, me casaré con una mujer de mi edad”.
En cuanto a la novia, que trabaja en una planta de reciclaje al igual que Patience, también se mostraba más que contenta de haber participado en la ceremonia que ha escandalizado a Tshwane.
“Estoy casada y tengo mis propios hijos pero sé que esto es lo que querían los ancestros y ahora están contentos. No es más que un ritual, solo estamos jugando a casarnos, pero es una señal de que algún día Sanele se casará”, ha explicado junto a Alfred, su marido desde hace 30 años.
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