viernes, 22 de febrero de 2013

La siesta mejora la capacidad de aprender

Un estudio de la Universidad de Berkeley, EEUU, revela los beneficios del descanso vespertino en el cerebro y en la memoria
“Dormir la siesta” es una costumbre que las ciudades ven como "hábitos de pueblo" donde hay poco que hacer. El ritmo frenético de las grandes urbes no da tiempo para descansar.Hay estudios realizados que revelan que una siesta reparadora es útil para mantener el ritmo, la mente despejada y darle respiro al cuerpo.
Un estudio realizado por la Universidad de Berkeley demostró que aquellas personas que duermen hasta 90 minutos de siesta tienen mayor capacidad para el aprendizaje.
El trabajo fue dirigido por Matthew Walker y un equipo de investigadores que hicieron la prueba con 39 personas adultas jóvenes.
El ejercicio consistió en realizar una tarea de aprendizaje durante dos horas, destinada a estimular el hipocampo, la región del cerebro vinculada con la memoria.
Luego de dos horas, la mitad de las personas se fueron a dormir durante 90 minutos, y los demás permanecieron despiertos.
Al regresar, se realizó otra prueba de aprendizaje y se comprobó que los que habían dormido obtuvieron mejores resultados que los que permanecieron despiertos.
Según publica la edición española de Muy Interesante, permanecer mucho tiempo despiertos reduce la capacidad de reacción del cerebro, y se ha coprobado que permanecer una noche en vela reduce hasta 40% la capacidad para emprender actividades.
La duración ideal de una siesta no se puede generalizar. Hasta ahora, estudios realizados llegaron a la conclusión de que dormir entre 20 y 30 minutos es suficiente para relajar, descansar y recuperar las energías.
En 1995, la NASA realizó un estudio sobre la siesta y concluyó que 26 minutos es el tiempo ideal. En EEUU, los controladores aéreos nocturnos cuentan con esos periodos para mantenerse atentos y concentrados durante sus guardias.
El Centro de Investigación de sueño de Reino Unido concluye en que la siesta debe durar unos 20 minutos, y acompañar el despertar con una taza de café que estimule.
La siesta puede ser breve o larga, todo dependerá del organismo y hábitos de cada persona, pero es evidente que en el ritmo de vida y de largas jornadas laborales que vive la sociedad moderna, el “hábito de los pueblos del interior” mejora la calidad de vida. 
Fuente: informe21

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